martes, 21 de agosto de 2012

HERMOSA CANCIÓN POR LA DEFENSA NUESTRO RIO


José Carlos Molina B




Después de muchos años de ausencia volví de nuevo al  festival del Retorno, en mi querido Fonseca; llegué el sábado por la tarde, justo al inicio de   las canciones inéditas. Como siempre,  la inspiración de nuestros poetas, artistas y juglares no tiene límites en la  creatividad de los versos, el ritmo y las hermosas historias.

De inmediato me atraparon las melodías, los versos y la fuerza interpretativa que le imprimían cada uno de los participantes, pero quiero resaltar una en particular que tiene por título: “YO SOY EL RIO”. Recuerdo que estaba en compañía de dos amigos entrañables, y nos sucedió a los tres algo que en la música vallenata es escaso y  un buen síntoma cuando ocurre, y es que la canción guste desde la primera vez que la  escuchas; desde el primer verso nos atrapó y nos soltó con el coro final  que es una especie de advertencia del Rio. 

La canción no ganó el concurso pero si el cariño y el respeto del público. Nos acercamos donde su autor Álvaro Pérez, para felicitarlo por su obra y pudimos ver en su rostro la satisfacción del deber cumplido.

En estos momentos donde el pueblo guajiro ha expresado un rotundo rechazo al desvío del Rio Ranchería, no tengo ninguna duda, que esta linda canción terminará convirtiéndose en el himno o símbolo de la defensa del Rio.

En cada estrofa nos regala el amor y la pertenencia, nos recuerda su recorrido hasta que se pierde en el mar.

Abrevadero de las iguanas, Yo soy el rio que por donde pasa, Lleva su ofrenda al pueblo guajiro, Soy sanjuanero, soy de La Distra, Soy de Fonseca y Calabacito, Soy de Barrancas con  paso firme, Y hasta en Maicao me saluda el indio, Luego me abrazo del Mar Caribe Y allá en Riohacha soy el riito”.

Los habitantes de esta hermosa península, hemos sido premiados por las aguas del Rio Ranchería, es nuestro máximo patrimonio, por encima de las minas de carbón y  el gas; todos los sabemos y no existe persona alguna que sea capaz de controvertirlo de manera coherente; podríamos vivir sin esas minas, pero jamás sin el preciado liquido.

Terminó el festival pero el canto debe continuar, porque el objetivo permanece mientras persista la amenaza. Si unos  hombres colocan el interés económico por encima de la vida, y otros observan indiferentes,  será el propio Rio, quien cobre venganza como dice la canción:

“Y ahora quieren desviarme, Engañando a mi pueblo, Para después dejarme, Sin riquezas por dentro, Conmigo no se metan, A mi me tratan  serio, Porque si me irrespetan, Me crezco y me los llevo”.

El autor cumplió parte de su  misión en la creación de esta hermosa canción, ahora nos corresponde  a nosotros. Que vivan los festivales, que viva el   vallenato, que viva la música que comprometa nuestro pensar.  


sábado, 11 de agosto de 2012

OPOSICIÓN POLÍTICA: DERECHO ESENCIAL DE LA DEMOCRACIA.


José Carlos Molina B


Para no ir muy lejos en la historia política universal, me remitiré al derecho de  oposición a partir de lo que contempla nuestra Constitución Política Colombiana en su artículo 112, que en esencia dice: “Los partidos y movimientos políticos con personería jurídica que se declaren en oposición al Gobierno, podrán ejercer libremente la función crítica frente a este, y plantear y desarrollar alternativas políticas”.

Para que este derecho sea efectivo, la misma constitución garantiza el acceso a la información y a la documentación oficial, obviamente con las restricciones constitucionales y legales; pudiendo para la difusión de su pensamiento y opinión  tener plenos  derechos a los medios de comunicación social del Estado y por supuesto las ventajas que hoy ofrece las redes sociales de la Internet,  como Facebook  y twitter, entre otros.

Los partidos y movimientos políticos tienen en este derecho constitucional toda una posibilidad de convertirse en una opción política en las próximas elecciones,  actuando  en  un marco de respeto y de aceptación de “reglas consensuales” del juego político. Desafortunadamente,  en nuestro departamento (La Guajira),  se ha vuelto  una mala y equivocada  costumbre,  desde el primer día de gobierno,  ver a los opositores entrar en el campo de las descalificaciones personales, mediante insulto y agravios a los nuevos gobernantes; instaurando mediante anónimos  querellas con pocos  fundamentos jurídicos  antes los organismos de control; todo por el prurito y/o deseo  de fastidiar a los gobernantes. 

Es frecuente también la utilización de pasquines,  utilizados para intentar destrozar reputación, mediante la injuria y la calumnia; a decir verdad,  esos folletos anónimos son leídos con deleite por un gran número de personas, que disfrutan cada palabra, cada insulto, como los buitres disfrutan la carroña.

Le apuestan desde el primer día no solo al fracaso del nuevo gobierno, sino que conspiran con afán,  por vía de un proceso disciplinario a una destitución temprana  y forzar unas elecciones atípicas. Para nada les interesa el bienestar colectivo, solo el poder para satisfacer sus apetitos de empresas electorales personales.   

Estas prácticas desnaturalizan el objeto o espíritu de nuestra norma superior (Constitución política), que como ya  vimos,  su esencia es  la función crítica y plantear y desarrollar alternativas políticas, dentro de un marco legal.  Por eso,   quienes asumen esa postura o comportamiento,   están lejos  de ejercer oposición y cerca de la conspiración.

Si entendemos la política como el Arte de servir al pueblo, para resolver sus necesidades y propiciar la mayor suma de felicidad posible, el papel legítimo de quienes ejerzan oposición es ser vigilante, para que ese postulado se cumpla de la mejor manera y en el evento de disentir, plantear alternativas distintas, eficientes y superiores para conseguir los objetivos a favor del pueblo.    


Los guajiros debemos trabajar en unidad en la búsqueda de un objetivo común, aún teniendo diferencias partidistas e ideológicas. LA GUAJIRA PRIMERO.